lunes, 26 de diciembre de 2011

Un pastor suizo

Como decía mi profesora de literatura castellana, ¡el mundo se ha vuelto loco! O como diría yo... personajes, aquí sobráis.

Y sí, siéntete traicionada-do porque llevaba unos cuantos días sin pronunciar tu nombre en mi cabeza, hasta que te has aburrido tanto que has tenido que preguntarte por mí, como cada día... pero esta vez lo has tenido que demostrar. Eres un-a envidioso-sa y egoísta, pero lo siento... quiero decir, no lo siento, creo que le llamaba karma o algo así. Mierdas de esas en las que no creo, porquerías que me importan un carajo como diría mi antigua profesora de literatura castellana o porquerías que me importan un cascanueces, como diría yo. Bien, pues lo cierto es que quizás esa estupidez en la que algunos tienen el valor de creer, no existe. Tú, es decir ella-él, estabas tan seguro-a de que ahora me iba a tocar estar mal a mí que seguramente hasta estabas creyendo que eras feliz... el problema es cuando de la noche a la mañana o de Nochebuena a Navidad, como diría yo... te enteras de que no es así. Ni te necesito, ni te reclamo y ni tan siquiera quiero saber de ti, sea ser, si pudiera te borraría de cualquier lugar en el que quedara un algo de ti; y digo pudiera porque ni tan siquiera encuentro esos lugares. Así que, por favor, no te molestes en volver a aparecer en mi vida, ni en dar señales de vida porque no los necesito. Para mi dejaste de exis... quiero decir, soy Neila ¿y tú? ¿te conozco? Me suenas, pero no sé de qué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario