jueves, 22 de marzo de 2012

segunda a la izquierda

Y sí, lo cierto es que todos teníamos razón. Todo menos ella que como siempre seguía en su línea de "no querer-que no me quieran-no querer", aunque esta vez parece que se le han torcido un poco las cosas. No pasa nada, dice. Se me volverá a pasar. 


miércoles, 14 de marzo de 2012

I've got a plan

Y lo cierto es que.. que paso. Paso de saber qué pasa con su vida, por lo menos de esta forma. De esa forma, rectifico. Me da igual lo que haga, lo que piense, lo que quiere que vea o entienda. Vaya, sin importancia. Supongo que es lo que acostumbra a pasar, te machacan y requete machacan hasta decir basta. Y eso duele -duele, agota, aburre, enfría-, en una palabra, "ayuda". Y lo mismo pasa conmigo, me machaqué a mí misma hasta que sin comerlo ni beberlo, me levanto un día y resulta que todo vuelve a la normalidad; normalidad que probablemente se remonte a tres o cuatro años atrás, tal vez seis o siete. Creo que entonces te das cuenta de que es primavera, o de que eso mismo nos quiere a dar a entender el tiempo de hoy, de que hay ropa que lleva escondida en el armario seis o siete meses y de que había gastado más dinero en rimmel el último año que ningún otro, probablemente debido a la cantidad de veces que éste acabó por garabatear mis mejillas.



Ella es la típica tía idiota, difícil o imposible, insoportable en alguna ocasión. La que justo se calla lo que ellos quieren escuchar, y así les va. Ponerse morena, ¿morena para quién? para ella misma, suponemos. La tía, que además de idiota es egoísta.

Y oye, ya lo siento pero no puedo evitar empezar hablando de una cosa y acabar escribiendo sobre otra. Yo qué sé, las comparaciones son odiosas pero