lunes, 27 de febrero de 2012

Exceso de cafeína



Adivinad. Típico o mítico día en el que meto la pata hasta el fondo. O lo que no es lo mismo, día en el que llegan las consecuencias derivadas de lo que hice esos días en los que sí metí la pata hasta el fondo. Sea lo que sea, hoy ha sido un día cojonudo. Cojonudamente asqueroso. Y oye, manda narices la cosa, porque aunque no os extrañe -cosa que sería lo más normal del mundo-, todo ha sido culpa mía. Bueno, "culpa". Y digo culpa entre comillas porque en mi opinión -humilde opinión- no he llegado a hacer nada lo suficientemente atroz como para añadirlo a la lista de cosas anormales o innecesarias, para ser menos dura conmigo misma, que acostumbro a hacer. Y eso, que maldito sea aquél que escribió el libro de las estadísticas que nunca fallan. Que cuando llevas una semana en el auge de lo que viene siendo tu vida, tu aburrida vida, todo se va al garete, a la porra o como queráis decirlo según el cabreo que llevéis encima.

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